
El lunes suele ser el día en el que más abrumado me siento por las tareas pendientes, así sean pocas. ¿Han experimentado eso mismo, como una opresión en el pecho que pesa más a medida que piensan en los proyectos por completar?
Lo más difícil de todo es que el impacto no se queda en el ámbito laboral, sino que poco a poco se va reflejando en el ámbito personal. Así es como comienzan las tormentas en vasos de agua.
Todos hemos creído que somos merecedores del título: la persona más procrastinadora del mundo. Y no es que no hagamos nada, si estamos donde estamos es porque tenemos mérito para ello. Es solo que, muchas veces, pareciera que los éxitos que cosechamos nos cuestan un mundo entero, que llegan después de mucho tiempo perdido y que la mayoría del estrés enfrentado era innecesario.
Luego de leer varios autores preocupados por el mismo tema, encontré una simple técnica que me ha sido de gran ayuda:
Todo empieza con un pensamiento, el cual toma más poder cuando lo transformamos en palabras. La técnica radica en pronunciar, con convicción, la siguiente frase:
"Voy a avanzar 20 minutos en [PROYECTO_PENDIENTE]"
Obviamente, el pensamiento no se puede quedar en palabras, es fundamental pasar a la acción de manera inmediata. Al principio puede que cueste dar ese paso, pero sin duda costará menos que cuando el pensamiento o las palabras pronunciadas son: “Tengo que terminar [PROYECTO_PENDIENTE]”.
Y como con todo en la vida, hacerlo una y otra vez hará que con el tiempo, sea cada vez más fácil.
Mientras lees esto puede que estés pensando: son solo palabras, no creo que esto genere un cambio significativo. Y si te acercas con esa actitud, ciertamente no sucederá. Pero esto realmente me ha funcionado y me alegraría mucho que a ti también. Por eso te quiero dar argumentos para que cambies de parecer, y por ende, de actitud.
Lo que te comparto tiene una alta probabilidad de funcionar porque…
1) Tomas la decisión de avanzar
Una de las claves para superar la procrastinación es cómo te hablas a ti mismo. Decir “Tengo” o “Debo” es hablarte de manera impositiva, lo cual genera resistencia de la misma manera que se genera cuando alguien te da órdenes. No importa que seas tú mismo, esas palabras generan resistencia.
Cambia tu discurso interno a “Voy a”. Este pequeño cambio te ayuda a sentirte en control y reduce la sensación de obligación que suele desencadenar la procrastinación.
2) “Avanzar” es el paso necesario para “terminar”
Muchas veces nos sentimos paralizados por la magnitud de la tarea que tenemos por delante. Pensar en “terminar” algo puede ser abrumador, porque inmediatamente relacionas en tu mente todos los pasos requeridos para concluir el proyecto como si tuvieras que enfrentarlos todos a la vez.
En lugar de eso, enfócate en “avanzar”. No necesitas finalizar el proyecto en una sola sentada; es más, no puedes hacerlo. Primero necesitas enfocarte en dar el primer paso, lo demás vendrá como consecuencia de eso.
3) Solo 20 Minutos
No importa cuán difícil o tedioso sea un proyecto, siempre podremos dedicarle al menos 20 minutos. Comenzar con este pequeño compromiso hace que el trabajo se sienta más manejable, y mentalmente será una barrera más fácil de superar, pues te concentras en el proceso en vez de preocuparte por el resultado.
Lo mejor de todo es que una vez empieces, esos 20 minutos pueden transformarse en una hora o más de trabajo productivo sin que te des cuenta. Terminarás logrando muchas más cosas de las que pensabas.
Ejemplos Prácticos
Escribir un informe: En lugar de pensar en redactar todo el informe, dedica 20 minutos a hacer un esquema de los puntos principales.
Organizar tu escritorio: En vez de sentirte abrumado por el desorden, pasa 20 minutos limpiando una pequeña área.
Responder correos electrónicos: Comprométete a responder solo los correos más urgentes o complejos durante 20 minutos.
Me cuentas el resultado…
De la parálisis por análisis a la productividad sin barreras
Adoptar esta simple técnica ha aumentado mi productividad significativamente. Pasé de perder horas preocupándome por cómo abordar cada etapa del proyecto a avanzar con paso firme en cada una de ellas, y muchas veces me sorprendo concluyéndolas de manera mucho más eficiente de lo esperado.
No deja de ser un tema que debes adaptar a ti mismo. Por ejemplo, muchos autores reemplazan los 20 minutos que yo te sugiero por solo 5. Lo menos que puedes hacer es probar el cambio de enfoque y observar los resultados en tus tareas y proyectos pendientes. No subestimes el poder de avanzar, este pequeño cambio puede ser el primer paso para elevar tu productividad a un nuevo nivel y reducir significativamente el estrés tanto en tu vida laboral como personal.